Sé con certeza que nunca votaré a la derecha.
Quien esto lea puede pensar de mí como un radical o, todo lo contrario, como una persona coherente.
Habrá quien rebatiría que, en estos tiempos que corren, no hay derechas ni izquierdas. Quien opinaría que la democracia es la alternancia, que hay que ser más flexibles, dar oportunidad a todos. A algunos les puedo defraudar por esa frase contundente, otros se pueden sentir cómplices. La mayoría, seguro, indiferentes.
Pero yo sé que nunca votaré a partidos conservadores.
Entiendo que la democracia es libertad, sucesión de distintos partidos políticos y enfrentamiento de ideas. Pero no seré yo quien haga bascular las papeletas a opciones que jamás compartiré.
Jamás, nunca... sin embargo, me cuesta sentirme representado por nadie en el plano del socialismo. Más específicamente del socialismo andaluz.
Sí, es una quimera conseguir sintonizar con un partido de masas que tiene que transmitir un mensaje coherente a millones de electores. Vale. Lo admito.
Pero resulta muy duro, especialmente para aquellos que creemos en las políticas sociales, en el reparto de la riqueza, en la importancia del Estado como equilibrador de la injusticia de nuestra sociedad egoísta, en el laicismo pleno, en una fuerte Sanidad o Educación Pública, en la regulación de los mercados o en los incentivos a la mujer, al discapacitado, al inmigrante... resulta duro, digo, pensar que nos sentimos profundamente dolidos por unos políticos que no están a la altura de la situación.
No hablo de Arenas, Zoido, Rajoy o Rita Barberá... Yo no estoy en ese campo. Hablo de la vergüenza que me produce que se hayan repartido millones de euros a personas que no tenían nada que ver con las empresas a las que se concedían ayudas públicas.
El pasado fin de semana leía una entrevista al Presidente de la Junta. Se exoneraba de toda responsabilidad. 'Yo no sabía nada de los ERE's'.
Por mucho menos, en cualquier empresa, asociación o fundación decente se dimite.
Si usted no sabía que se estaban yendo millones de euros de las arcas andaluzas a estafadores sin control, es que usted no vale para el cargo. Si lo sabía, usted tendrá que dar explicaciones a la Justicia.
El Partido Socialista no ofrece más que puro 'aparato' sin la más mínima sensibilidad social. Siempre las mismas caras. Incluso las nuevas que aparecen, como la portavoz Susana Díaz, no son más que el reflejo de una política dogmática.
¿Para cuándo aire nuevo?
Queremos políticos honestos que nos hagan creer que, desde la izquierda, otro mundo es posible.